“Lo que distingue a la pedagogía propugnada por Freinet es fundamentalmente su carácter liberador y su implantación en el trabajo diario”.
Reconoce, entre otros principios, que tan importante o más que la instrucción o adquisición de conocimientos, es la educación o formación de la personalidad del niño. Y también, que el trabajo escolar no debe girar en torno del maestro, como el personaje que sabe, sino que debe girar en torno de los intereses y necesidades del alumno. La escuela freinetiana lo realiza efectivamente con la implantación de técnicas que lo posibilitan y lo hacen realidad. Por otra parte la escuela Freinet implica el ejercicio de una auténtica democracia de la gestión de la clase a través de la libre expresión y las asambleas o consejos cooperativos en que todos sus participantes tienen voz y voto para decidir todo cuanto signifique organización, gestión, programas y trabajo.
Por su forma de realizar los proyectos que se deciden en la clase, el trabajo no persigue una valoración competitiva juzgada únicamente por el maestro, sino que desarrolla el juicio crítico personal y el colectivo de la clase, y el trabajo siempre es una producción cooperativa, un trabajo educativo, que es valor de uso para todos los componentes de la clase. Sigue leyendo →