Conferencia inaugural del 50 Congreso del MCEP

Anaida Martín – 04 julio 2024

Buenas tardes a todas y todos. Es una alegría encontrarnos aquí, celebrando además el 50 aniversario del MCEP.  A lo largo de este medio siglo, han sido muchos los cambios sociales y en políticas educativas constatándose que la Pedagogía Freinet va por delante de las mismas, dando respuesta a las necesidades que van surgiendo, demostrando la validez de sus principios, valores y técnicas.

En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de intervención y prevención en materia de salud mental y desde las instituciones educativas se está impulsando la educación y el bienestar emocional, ¿Cuánto tiempo llevan las maestras y los maestros freinetianos trabajando estos aspectos en sus aulas? Todo lo que parece novedad ahora, la pedagogía Freinet lo aborda desde sus inicios.

Consideramos la escuela y la educación en general como parte de la vida,  no una preparación para la vida,  donde aprendemos a manejar emociones, sentimientos, situaciones, conflictos…y la Pedagogía Freinet nos enseña a trabajar todos estos aspectos de forma sana y positiva.

Respecto a la salud mental  y la escuela de cuidados, vamos a presentar brevemente cómo la Pedagogía Freinet y sus técnicas, tiene en cuenta aspectos son factores de protección de la salud mental. Por cuestiones de tiempo, vamos a destacar algunos de ellos:

En primer lugar , la pedagogía Freinet ofrece un entorno estimulante y motivador,  una escuela abierta a la vida, tiene en cuenta todo lo que forma parte de ella, partiendo de los intereses de los niños y de las niñas, preocupándose por su situación personal,  familiar, social…

El segundo factor de protección, la socialización, la ayuda mutua, el trabajo cooperativo, el desarrollo de habilidades sociales… una clase Freinet no es un conjunto de individualidades enfrentadas entre sí, sino un grupo de personas que trabaja conjuntamente para conseguir un objetivo común.

El tercer factor de protección, la confianza que depositamos en los niños y niñas, la libertad para expresarse en todo momento, la desinhibición oral, a través del texto libre, la asamblea…puesto que los niños y niñas aprenden a ser responsables en la medida en que los adultos confiamos en ellos, y ante las expectativas de sus iguales, por ejemplo, con el diario de aula, correspondencia, librito de cumpleaños…

Cuarto factor, asegurar el éxito educativo de todas y todos, favoreciendo el desarrollo de las potencialidades que todos tienen,  haciendo que el alumnado se sienta protagonista de su propio aprendizaje, que se interesen, que se impliquen emocionalmente en los mismos. Por ejemplo, utilizando los planes de trabajo, el método natural…

El 5º factor de protección, la Pedagogía Freinet favorece la autoestima del alumnado, considerando que “Nadie sabe todo, pero todas saben algo”, donde cada uno de ellos comparte sus conocimientos en diversos ámbitos con los demás, sin que nadie quede excluido.

El último factor que destacamos es la importancia del reconocimiento y del afecto, a través del cariñograma, correspondencia en el aula, propongo y felicito, Asamblea…Los niños y niñas aprenden más y mejor si se sienten queridos, valorados y respetados en el aula, como decía Freinet, abro comillas: “solamente puede educarse dentro de la dignidad. Respetar a los niños debiendo estos respetar a sus maestros”, y también ” a nadie le gusta que le manden autoritariamente; en esto el niño no es distinto al adulto”.

Un aspecto que nos gustaría mencionar de la Pedagogía Freinet es su contribución al bienestar emocional también de los maestros y maestras que llevamos a cabo en nuestras aulas y centros esta pedagogía, manteniendo vivo el espíritu crítico, de colaboración y compromiso, que son tan motivadores para nuestra práctica docente,  haciendo que nos encontremos a lo largo del curso y verano tras verano, para compartir experiencias, reconocer el trabajo realizado, aprender unos de otras, convivir y retroalimentarnos para seguir con energías renovadas.

A pesar de la adversidad, la pedagogía Freinet nos ayuda a ser resilientes y entusiastas, confiando en que la educación puede hacer un mundo mejor.

Para terminar, nos gustaría valorar la constancia y el compromiso de todas las personas que han hecho posible estos 50 años de congresos, manteniéndose al margen de intereses económicos y egos personales, siempre velando por lo colectivo.  Es de admirar, a maestros y maestras como vosotros y vosotras, que habéis vivido o seguís viviendo la escuela como una parte esencial de vuestra vida.

¡Qué suerte que la enseñanza cuente con personas así!. Os deseamos un feliz 50 congreso. Por otros 50 congresos más.

Abrimos micro para escuchar vuestras opiniones y aportaciones sobre la siguiente cuestión¿ es la pedagogía Freinet una escuela de cuidados y salvaguarda de la salud mental?

LA ESCUELA DE CUIDADOS

Paco Vaquero – 04-julio-2024.

Cuando digo “El Otro: quiero decir en todo momento “otra persona”, “otro ser humano”.

El otro como hecho ontologizante, como constitutivo del ser.

Una escuela de cuidados es una escuela que acoge:

Y acoger es dar la bienvenida a una persona que no se conoce, como una extranjera, y que, a pesar de las incertidumbres que nos genera, sabemos que  es un ser humano y precisamente por ello se le debe respetar, socorrer.

Acoger la otredad es un asunto sobre todo de la ética.

Cuando se acoge al Otro se es responsable de él sin esperar una reciprocidad.

El encuentro con el Otro es una responsabilidad que no puede ser evadida.

Acoger es hacerse cargo del otro: cuidarlo, darle atención, darle relevancia responsabilizarse de su sufrimiento, incluso de su historia, incluso de su pasado.

Una escuela que acoge es una escuela que reconoce.

Que valora, acepta y quiere al otro por lo que es y en todo lo que es. Y esto no quiere decir que no busque otro futuro, sino que lo vislumbra como ser frágil pero completo.

Una escuela de cuidados busca y encuentra tiempo para pensarse y “reflexionarse”.

Para organizar una resistencia a las prácticas y los reglamentos, a la cultura de la escuela tradicional

Porque como indicaba Horkhiemer: “Un pensamiento que no reflexiona sobre sí mismo se convierte en dogmatismo, pues se independiza de la praxis y hace de la idea de progreso una práctica exclusivamente material, que deshumaniza a aquellos que pretende beneficiar. Ha perdido el pensamiento el momento de la reflexión sobre sí mismo, y la maquinaria mutila hoy a los seres humanos, aun cuando los sustenta”

Todo esto que vivimos pasa delante de nuestros ojos tan deprisa que anula la razón e imposibilita la reflexión.

Si el hecho de ver (que no digo mirar), si el hecho de ver anula la discernimiento, la escuela debe como Edipo, quitarse los ojos para buscar la clarividencia.

Una escuela de cuidados tiene intencionalidad:

define una actitud: unas creencias, unos deseos, unas  intenciones, unas esperanzas. Y es coherente en su práctica con esos principios elegidos.

Una escuela de cuidados abraza la responsabilidad:

Una responsabilidad que se implica en crear unas condiciones para que el que sufre, mitigue, alivie, calme, cure ese sufrimiento. (Cuánto, cuánto necesita esto la escuela de hoy).

Pero la responsabilidad implica estar disponibles, Implica que la escuela sea un lugar de encuentro, de comunidad, de “comunión”  comunión (como participación en lo común), una escuela que en un reflejo de la de Barbiana de Lorenzo Milani, que permanece abierta las 24 horas del día; que no solo tiene que atender las desventajas socio académicas, tiene que atender las necesidades socioafectivas, tiene que atender sobre todo las soledades, tiene que atender el sufrimiento

Una escuela de cuidados es una escuela del común:

Se comprende comunidad. Ni se abre, ni se cierra a la comunidad, porque es la comunidad misma. Que se sabe y se concibe como perteneciente y parte de la comunidad, es una escuela más allá y más acá de la escuela.

Respira la idea de los bosques, de los terrenos comunales. No pertenece a nadie porque pertenece a todos y todas. Y esa apertura es la que la guía su quehacer.

Una escuela de cuidados Es inconformista

Porque la educación para el inconformismo no se puede alcanzar sin ser ella misma inconformista.

Una escuela de cuidados sale al encuentro del Otro:

Que una persona salga al encuentro de otro ser humano significa salir de nosotros para no retornar. Una salida al encuentro que nos abre, que nos transforma que nos reconfigura en un ser que ve, siente y piensa el mundo de forma diferente, pero que ya no tiene regreso a su yoismo, a su egoísmo, no hay regreso a nuestra casa en sentido literal y metafórico, no hay regreso a casa como bunker, como lugar de las vidas propias que rechazan las ajenas, un lugar que se enroca en el “nosotros”.

Creo que lo explica mejor el poema de Ángel González:

TODOS USTEDES PARECEN FELICES

…Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil.

Salir al encuentro del otro significa Ser yo es no poder sustraerme al otro que se manifiesta.

“No poder sustraerse a la responsabilidad, es no tener como escondite una interioridad en la cual uno retorna al sí mismo”.

Es lo contrario a la indecencia que supone decir: esto es un trabajo, son las dos de la tarde, yo me voy a mi casa y me olvido de todo.

Una escuela de cuidados es un lugar de comunicación:

Comunicación que se manifiesta en el diálogo y en la libertad entre educadores y educandos; En las relaciones de simetría de espíritus, de sentires, de padeceres. Es comprender la primera invariante freinetiana: El niño, la niña, es de la misma naturaleza que el adulto.

“la liberación de la conciencia crítica, la con-cientización (..)  surge de la confrontación con la realidad misma.  La comunicación y el diálogo servirán para la acción transformadora y la reflexión.(Freire)

Una escuela de cuidados no se comprende de otra forma que diversa:

No se centra en saber qué es la diversidad y quién la forma, sino en comprender mejor cómo las diferencias nos constituyen como seres humanos, cómo estamos hechos de diferencias. Y no para acabar con ellas, no para domesticarlas, sino para mantenerlas y sostenerlas en su más inquietante y perturbador misterio. (Skliar, 2005, p. 20)

Una escuela de cuidados No es neutral.

y se posiciona contra el odio, contra el sufrimiento, contra la exclusión, contra la guerra, contra la sociedad patriarcal, contra la muerte.

Y esa neutralidad de la que hablo también lo explica mejor la poesía: Gabriel Celaya:

Maldigo la Escuela concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la Escuela de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando”.

Una escuela de cuidados no sigue su curso: se resiste al olvido:

Porque una de las responsabilidades de la educación es que no se contribuya a las atrocidades del pasado.

No silencia a los muertos de las cunetas.

No justifica todo en pro del tren de la tecnología, no justifica el sufrimiento en pro del progreso, no justifica acabar con el planeta por el beneficio económico. Una escuela de cuidados tira del freno del tren del progreso, como diría Benjami

Y me explico: Una escuela de cuidados no sigue su curso porque como dice (Zamora hablando de Levinas):

“Todo sigue su curso”: este es el veredicto de la historia sobre las víctimas. Su marcha no puede ser interrumpida aunque camine sobre cadáveres. Y se trata de una marcha en la que está inscrito el olvido como mecanismo que sanciona y sella la injusticia cometida o sufrida”.