No podemos seguir abordando el mundo escolar como si no existiera el cuerpo ni las emociones.
Los sentimientos, las emociones, los autoconceptos de capacidades y carencias… construyen la esencia de nuestra identidad, y determinan nuestro ser/ estar. Son aspectos básicos para poder descubrir la presencia de los otros y relacionarse con ellos.
En general los procesos de adaptación de la escuela tradicional conllevan unos aprendizajes que tienden a reforzar el papel pasivo y dependiente del que aprende, a desconectar sus emociones de su proceso vital, a poner por encima los deseos de los otros en detrimento de los propios: aprenderá que es peor portarse mal que no aprender; que a veces es más importante pasar desapercibido que reclamar atención para seguir su aprendizaje; que si los otros aprenden y él no, es porque su capacidad no le permite más; que sus intereses no tienen importancia; que es más importante hacer que aprender.
La capacidad de los alumnos y alumnas de sentirse, de verse, de narrarse, de valorarse, de pensarse… son elementos básicos en su desarrollo. Y por tanto, en la manera de plantearnos nuestra función docente.
En estos momentos, tenemos que ser conscientes de que si siguiéramos la ley al pie de la letra no podríamos contemplar ni trabajar cuestiones y aprendizajes referidos a nosotros mismos, nuestras capacidades, sentimientos, emociones… Es el sin sentido de una legislación basada en los aprendizajes memorísticos y alejada de una visión integral de la persona. Por “desgracia”, en nuestra legislación, salvo alguna declaración generalista de buenas intenciones en preámbulos y recomendaciones metodológicas, no encontraremos referencias a esa visión más global (en el bloque de valores podríamos encontrar algo más, pero no es para todo el alumnado debido a que es la alternativa al área de religión). En general, los aprendizajes están repartidos en distintas áreas y no se entra a considerar el desarrollo personal que queda, por tanto, al margen del programa.
El niño y la niña son mucho más cuerpo de lo que la escuela reconoce. Todo lo que los niños y niñas experimentan y reflexionan pasa por su cuerpo, por un hacer concreto en el que son física y mentalmente activos y desde el propio cuerpo se irán haciendo progresivas abstracciones.
La espontaneidad afectiva, física, es un objetivo que cuadra perfectamente con la pedagogía Freinet. El maestro francés pensaba que la poesía del texto libre, de la expresión libre, era un ideal que sintetizaba toda una forma de ver la escuela. Luego otros autores han confirmado estas intuiciones.
En el MCEP hemos trabajado en esta línea, profundizando en la comprensión de las claves que favorecen la creatividad y la creación grupal, la cooperación a partir de generar ambientes de confianza, de cariño, de cuerpo, de juego, de risa. Utilizamos todos los recursos que generan estos ambientes, el juego, la dramatización, el ritmo, la danza, la conciencia corporal, la poesía del cuentacuentos.
El éxito es un grupo humano en el que se da la chispa del entusiasmo, y eso es un misterio que tiene que ver con el afecto, con lo corporal.
La participación política, ciudadana, altruista, asamblearia, solidaria, también es una consecuencia de los ambientes cálidos y cariñosos de una clase donde florecen las relaciones no inhibidas, positivamente afectivas, humanas, sinceras, críticas, espontaneas, solidarias, que generan grupo y cultura de grupo, unas historias de vida compartida.
Iniciamos la sexta sesión de la actividad “LAS TÉCNICAS FREINET EN EL AULA: EL ALUMNO PROTAGONISTA DE SU APRENDIZAJE” (1), dedicada al CUERPO Y LAS EMOCIONES, haciéndonos unos sombreros de papel y cantando una canción en corro, a la vez que pasamos los sombreros al compañero/a de la derecha. Las risas y el lío no se hacen esperar, empezamos con alegría y complicidad.
Juegos de expresión corporal, teatral y dinámicas emocionales en gran grupo, por cuartetos, por parejas,…
Pronto, Virginia nos sugiere un viaje por una granja, y nos sentamos en fila en el suelo, enlazados con la persona de delante. Conducimos un autobús, viajeros asiáticos, ávidos en fotos que hablan sin parar, somos gallinas poniendo huevos, cerdos, pavos, yegüas y hasta ovejas que balan. Una dinámica para dar confianza al grupo, en las aulas, y jugar con la expresión corporal. Es divertido y cualquiera puede estar integrado en la actividad.
Nos agrupamos después por parejas y Encarna nos indica el juego del hipnotizador. No podemos dejar de mirar la mano del compañero/a que se mueve por la sala. La concentración es máxima, se hace el silencio. ¿Cómo nos hemos sentido cuando nos llevaban? ¿Por qué? ¿Conseguimos abstraernos de lo demás? ¿Qué sensaciones teníamos cuando dirigíamos nosotros? ¿Por qué?
Otra dinámica para favorecer las percepciones sensoriales y corporales tiene como protagonistas a nuestras manos. Con los ojos cerrados y música suave, recorremos con el tacto la mano de otra persona del grupo, deteniéndonos en cada pliegue, en cada textura, notamos su temperatura, su tamaño, etc. Un rato placentero y que nos dejó muy relajados/as.
«El abrazo cariñoso» en grupos de cuatro nos hace desarrollar los sentidos de nuevo, el contacto físico y la confianza en los demás. Nos abandonamos con los ojos cerrados a lo que los demás nos hacen sentir con el tacto, el susurro y el masaje.
Siguiendo con técnicas relajantes, compartimos otros juegos infantiles con canciones que recorren a modo de juego nuestra espalda y nuca. Los participantes en el curso nos enseñan también a nosotros.
Comentamos cómo nos vamos sintiendo, cómo implica cada dinámica lo corporal y lo emocional. Compartimos experiencias sobre cómo trabajarlo en nuestras aulas, la necesidad de que el campo afectivo no salga de la escuela, que no se disocie mente y cuerpo.
La «máquina» es un juego cooperativo que nos hace improvisar un aparato que funcione con piezas que son nuestro propio cuerpo y emite sonidos improvisadosque se coordinan formando un creativo conjunto. Los juegos se suceden de forma fluida con la entusiasta participación del grupo. Un juego teatral como el de «Esto es un palo. ¿Un qué?» nos hace identificar y representar emociones diferentes y estados de ánimo: enfado, euforia, timidez, decisión….
Trabajamos también los sentimientos y emociones mediante la imagen creando una imagen estática de un sentimiento. Pusimos en juego nuestros cuerpos, unas telas, pequeños objetos y nuestra imaginación para hacerlo.
Elena nos explicó cómo trabajar las emociones en la clase de infantil, mediante los colores y los personajes de los cuentos, proyectando fotografías de trabajos de su colegio. Así mismo, murales y creaciones plásticas muy sugerentes hechas por los niños y niñas de Primaria. Pudimos ver también otros «Libros de vida» de criaturas de Infantil que se trajeron a la sala, lo que hizo que gozáramos de unas muestras muy atractivas.
Un coloquio y unas reflexiones interesantes sobre la sesión fueron el punto final.
En las entradas del taller del cuerpo se puede rastrear el camino que hemos emprendido y los objetivos que nos planteamos.
Mucho más: Jean Piaget, Inteligencia Emocional de D. Goleman, Inteligencias Múltiples de H. Gardner, Psicomotricidad vivenciada, Conciencia Corporal, Gianni Rodari, Francesco Tonucci, Animación teatral/juego dramático (Alfredo Mantovani), Teatro del Oprimido de Augusto Boal.
1 Miércoles 22 de noviembre de 2017. Actividad, dirigida a profesionales de Educación Infantil y Primaria que realizó el MCEP de Madrid en el Centro Territorial de Innovación y Formación del Profesorado (CTIF) de Madrid Capital. Está previsto realizar siete sesiones los miércoles de octubre, noviembre.